¿Qué es el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF)?

Investigaciones realizadas en los últimos años concluyen  que los factores de  crecimiento favorecen la regeneración tisular. Las plaquetas (PRGF) poseen en su interior estos  factores de crecimiento, que pueden acelerar los procesos de curación de los tejidos.

Para su preparación se realiza una extracción sanguínea del paciente, se  centrifuga la sangre, produciéndose la separación de sus componentes y se obtiene el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF). Esta fracción de plasma con alto  contenido en plaquetas es aplicada por los traumatólogos mediante infiltración en el  lugar de la lesión, según protocolo . Por tanto, con esta técnica, se aplica plasma del  propio paciente y no existe el riesgo de reacciones inmunológicas a su aplicación.

PRGF

La obtención y aplicación del PRGF se realiza bajo estrictas condiciones de asepsia,  minimizando el riesgo de contaminación y la posibilidad de infección en la zona de aplicación.

El objetivo del uso de PRGF es pues,  imitar y optimizar los mecanismos  fisiológicos de reparación que se ponen en marcha espontáneamente en todos los tejidos tras una lesión, ya sea causada por un traumatismo, un tratamiento quirúrgico o una  enfermedad.

¿Cuándo puede aplicarse?

Aunque inicialmente se desarrolló para ser aplicado en cirugía maxilofacial, con el fin de regenerar el tejido óseo alrededor de los implantes dentales, su aplicación ha  trascendido a distintas áreas de la medicina.

Desde la traumatología se incorporó rápidamente a la medicina deportiva donde  acelerar el proceso de recuperación es determinante para la vida profesional de muchos  atletas.

Pero también existe un elevado número de pacientes con patologías y problemas  traumatológicos que pueden beneficiarse de los efectos del PRGF: epicondilitis o codo  del tenista, tendinitis en rodilla y tendón de Aquiles, fascitis plantar o talalgia,  condromalacia de rótula (artrosis en rodillas ) etc

¿Cómo se realiza un tratamiento con PRGF?

Siempre bajo la indicación y supervisión de un médico traumatólogo que , tras un diagnóstico inicial, comenta al paciente las diferentes opciones de tratamiento y la más adecuada a su caso. Además contamos con el apoyo del personal de enfermería para que el paciente se encuentre siempre acompañado y asesorado.

En todos los casos que proceda (la mayoría de ellos) , con control ecográfico, que mejora la calidad de la infiltración al asegurar la colocación del PRGF en el lugar adecuado. No se trata , pues, de una infiltración “a ciegas”, sino guiada.

Siempre con dispositivos cerrados, estériles que garantizan la máxima seguridad para el paciente.