¿Por qué nuestros pies sufren más en verano?

Uno de los principales motivos es el uso de calzado abierto y demasiado plano. Ya que este provoca mayor presión en la planta de los pies, además que la falta de amortiguación. Nuestro cuerpo es un lugar de costumbres, y si la mayor parte del año buscamos la comodidad y seguridad de un zapato cerrado, en el momento que le exigimos al pie asumir mayor trabajo por esa pérdida de estabilidad y comodidad, comenzarán las lesiones. Otro factor muy importante, son los agentes externos como e aire y el sol.

Consejos para cuidar nuestros pies en verano

Nuestra podóloga Marta Castro Cervera nos ha preparado una guía completa con todos los pasos a seguir para para mantener tus pies en excelente estado durante el verano y asegurarte de que puedas disfrutar cada paso sin molestias ni complicaciones:

Hidratación adecuada

El calor del verano y la exposición al sol pueden provocar sequedad en la piel de los pies, lo que puede llevar a la aparición de grietas y durezas.

Mantener la piel hidratada es esencial para evitar estos problemas y mantener tus pies suaves y flexibles. Aplica regularmente una crema o loción humectante en tus pies después de lavarlos, prestando especial atención a los talones y las áreas secas. Además, es importante beber mucha agua en ingerir alimentos con gran cantidad de agua, como la fruta y verdura.

Cuida tus uñas

Las uñas de los pies también requieren atención durante el verano. Recorta tus uñas de manera adecuada, evitando cortarlas demasiado cortas o en ángulos bruscos, ya que esto puede provocar uñas encarnadas y molestias. Procura cortarlas en línea recta y limar los bordes para obtener una forma más suave y prevenir problemas futuros.

Mantén tus pies limpios y secos

Con el aumento de las temperaturas durante el verano, la transpiración puede incrementar significativamente, lo que aumenta las probabilidades de desarrollar hongos y bacterias en nuestros pies.

La higiene diaria es esencial para prevenir problemas cutáneos incómodos y dolorosos. Lava tus pies con agua tibia y jabón suave todos los días, prestando especial atención a los espacios entre los dedos y las plantas de los pies. Después de lavarlos, asegúrate de secarlos cuidadosamente, ya que la humedad atrapada puede favorecer la aparición de infecciones fúngicas y bacterianas.

Protégelos del sol

Así como cuidamos nuestra piel del sol, no debemos olvidar proteger también nuestros pies. Ellos también están expuestos a los rayos ultravioleta del sol, y la piel en la parte superior de los pies y los dedos puede ser especialmente susceptible a quemaduras solares.

Utiliza protector solar de amplio espectro con un alto factor de protección en estas áreas y en toda la superficie de los pies si estás en la playa o en la piscina durante mucho tiempo. Además, considera usar calzado que cubra más partes del pie para reducir la exposición directa al sol.

Limita el uso de chanclas

Durante el verano, es natural que deseemos liberar nuestros pies y optemos por calzado más abierto, como sandalias y chanclas. Sin embargo, es crucial elegir el tipo adecuado para proteger nuestros pies de posibles daños.

Asegúrate de que el calzado se ajuste correctamente, brindando suficiente soporte y amortiguación para evitar problemas como ampollas, dolor en los talones o la planta del pie. Opta por sandalias con suelas acolchadas y tiras ajustables para que se adapten perfectamente a la forma de tu pie y proporcionen el soporte necesario.

Evita ir descalzo

El pavimento caliente de verano puede ser extremadamente abrasador para la piel de tus pies. Evita caminar descalzo en superficies como la arena caliente, la acera y el asfalto, ya que esto podría provocar quemaduras y ampollas dolorosas. Siempre utiliza sandalias o calzado adecuado para proteger tus pies de las altas temperaturas del suelo

Exceso de sudoración

El calor y las temperaturas extremas conllevan un exceso de sudoración , por lo que es necesario usar calzado con material flexible y transpirable. También es recomendable, en caos de usar calzado cerrado, cambiar de calcetines dos veces al día.

Realiza ejercicios y estiramientos

Durante las vacaciones y los viajes de verano, nuestros pies pueden someterse a mayores demandas físicas, como caminatas largas por la playa o en terrenos irregulares.

Para mantener tus pies en óptimas condiciones y prevenir lesiones, es importante realizar ejercicios de estiramiento para mantener la flexibilidad y fortaleza de los músculos de los pies y tobillos. Además, hacer ejercicios de fortalecimiento específicos para los pies, como recoger objetos pequeños con los dedos del pie, puede ayudar a mantenerlos en buena forma.

Aquí tienes un resumen sobre todos los consejos para tener unos pies cuidados este verano:

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